III. TEORÍA DE LA NEUROSIS DE ANGUSTIA.
Freud conjetura que detrás
del estado emotivo de angustia se halla una gran acumulación de excitación.
Ahora bien, puesto
que este estado de angustia resulta refractario a la derivación psíquica, supone que esta “suma de excitación” acumulada
es entonces puramente somática.
Repasando las
vivencias que el análisis encuentra al comienzo de la explosión de la enfermedad
y que enumeramos arriba, considera la naturaleza de esta excitación como sexual y es aquí cuando otra observación
le convence de lo puramente endógena que es; cuando distingue entre excitación
sexual y libido.
En series enteras de casos, la neurosis de
angustia se conjuga con el más nítido aminoramiento de la libido sexual, del placer psíquico, a punto tal que cuando se les dice a los
enfermos que su padecer se debe a una “insuficiente satisfacción”, por lo común
responden que eso es imposible, pues justamente ahora toda necesidad se ha
extinguido en ellos.
La etiología de la
neurosis de angustia sería pues, todo lo conducente a la frustración o fracaso
de la participación psíquica de la excitación sexual somática.
Todos estos indicios –a saber: que se trata
de una acumulación de excitación; que la angustia, correspondiente probable de
esa excitación acumulada, es de origen somático, con lo cual lo acumulado sería
una excitación somática; y además, que esa excitación somática es de naturaleza
sexual y va aparejada con una mengua de la participación psíquica en los
procesos sexuales-, todos esos indicios, digo, favorecen la expectativa de que el mecanismo de la neurosis de angustia haya de buscarse en ser desviada
de lo psíquico la excitación sexual somática y recibir, a causa de ello, un
empleo anormal. (Págs. 107-108)
La descripción
detallada de lo que sería el proceso de tramitación adecuada de la excitación
sexual en el caso del varón se ofrece en los siguientes términos:
incremento de la excitación sexual somática/participación psíquica/reflejo o
acción adecuada (descarga).
Es posible aclararse esta presentación del
mecanismo de la neurosis de angustia si se acepta el siguiente abordaje del
proceso sexual, referido en primer término al varón. En el organismo masculino
sexualmente maduro se produce –es probable que de una manera continua- la
excitación sexual somática que periódicamente deviene un estímulo para la vida
psíquica. Si, para fijar mejor nuestras representaciones sobre esto, suponemos
que la excitación sexual somática se exterioriza como una presión sobre la
pared, provista de terminaciones nerviosas, de las vesículas seminales,
entonces esta excitación visceral aumentará de una manera continua pero sólo a
partir de cierta altura será capaz de vencer la resistencia de la conducción
interpolada hasta la corteza cerebral y exteriorizarse como estímulo psíquico. Ahora
bien, en ese momento será dotado de energía el grupo de representación sexual
presente en la psique, y se generará el estado psíquico de tensión libidinosa
que conlleva el esfuerzo a cancelar esa tensión. Este alivio psíquico sólo es
posible por el camino que designaré acción específica o adecuada. Tal acción adecuada
consiste, para la pulsión sexual masculina, en un complicado acto reflejo
espinal que tiene por consecuencia el aligeramiento de aquellas terminaciones
nerviosas, y en todos los preparativos que se deben operar en lo psíquico para
desencadenar ese reflejo. Algo diverso de la acción adecuada no tendría ningún
fruto, pues la excitación sexual somática, una vez que alcanzó el valor de
umbral, se traspone de continuo en excitación psíquica; imprescindiblemente
tiene que ocurrir aquello que libera a las terminaciones nerviosas de la
presión que sobre ellas gravita, y así cancela toda la excitación somática
existente por el momento y permite a la conducción subcortical restablecer su
resistencia. (Págs. 108-109)
Una comparación entre
la neurastenia y la neurosis de angustia, nos brinda una mayor claridad sobre
sus mecanismos a la luz del proceso que acabamos de describir.
Se genera neurastenia toda vez que el
aligeramiento adecuado (la acción adecuada) es sustituido por uno menos
adecuado, o sea, cuando el coito normal, realizado en las condiciones más
favorables, lo remplaza una masturbación o una polución espontánea; en cambio,
llevan a la neurosis de angustia todos los factores que estorban el
procesamiento psíquico de la excitación sexual somática. Los fenómenos de la
neurosis de angustia se producen cuando la excitación sexual somática desviada
de la psique se gasta subcorticalmente, en reacciones de ningún modo adecuadas.
(Pág. 109)
Según sea la fuente
de excitación externa o interna; se distingue entre un estado emotivo de
angustia momentáneo y un estado de angustia crónico, que es el estado que
propiamente caracteriza a la neurosis de angustia.
La psique cae en el afecto de la angustia cuando se siente incapaz de
tramitar, mediante la reacción correspondiente, una tarea (un peligro) que se avecina desde afuera; cae en la neurosis de angustia cuando se nota incapaz para reequilibrar la excitación
(sexual) endógenamente generada. (…)
El afecto es un estado en extremo pasajero,
en tanto que la neurosis es crónica; ello se debe a que la excitación exógena actúa
como un golpe único, y la endógena como una fuerza constante. (Pág. 112)
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