lunes, 1 de octubre de 2012

Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de “neurosis de angustia”. (CONTINUACIÓN)



III. TEORÍA DE LA NEUROSIS DE ANGUSTIA.

Freud conjetura que detrás del estado emotivo de angustia se halla una gran acumulación de excitación.

Ahora bien, puesto que este estado de angustia resulta refractario a la derivación psíquica, supone que esta “suma de excitación” acumulada es entonces puramente somática.

Repasando las vivencias que el análisis encuentra al comienzo de la explosión de la enfermedad y que enumeramos arriba, considera la naturaleza de esta excitación como sexual y es aquí cuando otra observación le convence de lo puramente endógena que es; cuando distingue entre excitación sexual y libido.
En series enteras de casos, la neurosis de angustia se conjuga con el más nítido aminoramiento de la libido sexual, del placer psíquico, a punto tal que cuando se les dice a los enfermos que su padecer se debe a una “insuficiente satisfacción”, por lo común responden que eso es imposible, pues justamente ahora toda necesidad se ha extinguido en ellos. 

La etiología de la neurosis de angustia sería pues, todo lo conducente a la frustración o fracaso de la participación psíquica de la excitación sexual somática.
Todos estos indicios –a saber: que se trata de una acumulación de excitación; que la angustia, correspondiente probable de esa excitación acumulada, es de origen somático, con lo cual lo acumulado sería una excitación somática; y además, que esa excitación somática es de naturaleza sexual y va aparejada con una mengua de la participación psíquica en los procesos sexuales-, todos esos indicios, digo, favorecen la expectativa de que el mecanismo de la neurosis de angustia haya de buscarse en ser desviada de lo psíquico la excitación sexual somática y recibir, a causa de ello, un empleo anormal. (Págs. 107-108)


La descripción detallada de lo que sería el proceso de tramitación adecuada de la excitación sexual en el caso del varón se ofrece en los siguientes términos: incremento de la excitación sexual somática/participación psíquica/reflejo o acción adecuada (descarga).

Es posible aclararse esta presentación del mecanismo de la neurosis de angustia si se acepta el siguiente abordaje del proceso sexual, referido en primer término al varón. En el organismo masculino sexualmente maduro se produce –es probable que de una manera continua- la excitación sexual somática que periódicamente deviene un estímulo para la vida psíquica. Si, para fijar mejor nuestras representaciones sobre esto, suponemos que la excitación sexual somática se exterioriza como una presión sobre la pared, provista de terminaciones nerviosas, de las vesículas seminales, entonces esta excitación visceral aumentará de una manera continua pero sólo a partir de cierta altura será capaz de vencer la resistencia de la conducción interpolada hasta la corteza cerebral y exteriorizarse como estímulo psíquico. Ahora bien, en ese momento será dotado de energía el grupo de representación sexual presente en la psique, y se generará el estado psíquico de tensión libidinosa que conlleva el esfuerzo a cancelar esa tensión. Este alivio psíquico sólo es posible por el camino que designaré acción específica o adecuada. Tal acción adecuada consiste, para la pulsión sexual masculina, en un complicado acto reflejo espinal que tiene por consecuencia el aligeramiento de aquellas terminaciones nerviosas, y en todos los preparativos que se deben operar en lo psíquico para desencadenar ese reflejo. Algo diverso de la acción adecuada no tendría ningún fruto, pues la excitación sexual somática, una vez que alcanzó el valor de umbral, se traspone de continuo en excitación psíquica; imprescindiblemente tiene que ocurrir aquello que libera a las terminaciones nerviosas de la presión que sobre ellas gravita, y así cancela toda la excitación somática existente por el momento y permite a la conducción subcortical restablecer su resistencia. (Págs. 108-109)


Una comparación entre la neurastenia y la neurosis de angustia, nos brinda una mayor claridad sobre sus mecanismos a la luz del proceso que acabamos de describir.
Se genera neurastenia toda vez que el aligeramiento adecuado (la acción adecuada) es sustituido por uno menos adecuado, o sea, cuando el coito normal, realizado en las condiciones más favorables, lo remplaza una masturbación o una polución espontánea; en cambio, llevan a la neurosis de angustia todos los factores que estorban el procesamiento psíquico de la excitación sexual somática. Los fenómenos de la neurosis de angustia se producen cuando la excitación sexual somática desviada de la psique se gasta subcorticalmente, en reacciones de ningún modo adecuadas. (Pág. 109)

Según sea la fuente de excitación externa o interna; se distingue entre un estado emotivo de angustia momentáneo y un estado de angustia crónico, que es el estado que propiamente caracteriza a la neurosis de angustia.
La psique cae en el afecto de la angustia cuando se siente incapaz de tramitar, mediante la reacción correspondiente, una tarea (un peligro) que se avecina desde afuera; cae en la neurosis de angustia cuando se nota incapaz para reequilibrar la excitación (sexual) endógenamente generada. (…)
El afecto es un estado en extremo pasajero, en tanto que la neurosis es crónica; ello se debe a que la excitación exógena actúa como un golpe único, y la endógena como una fuerza constante. (Pág. 112)





No hay comentarios:

Publicar un comentario