viernes, 30 de marzo de 2012

ESTUDIOS SOBRE LA HISTERIA ( VI ) - Historiales clínicos.


1. Señorita Anna O. (continuación 2)


ANÁLISIS DE LOS FACTORES QUE CONDICIONARON LA HISTERIA EN EL CASO ANNA O.

Breuer considera que dos son las condiciones principales detrás de la histeria de Anna, las que luego podrían ser extrapoladas a una gran parte de la histeria en general:

i) Acumulación energética y constreñimiento ambiental.

La observación de que en la histeria existe siempre un gran excedente energético creado por algún tipo de constreñimiento y el cual está buscando una salida.

El excedente de movilidad {regsamkeit} y de energía no empleado en la monótona vida familiar y sin correspondiente en un trabajo espiritual, sobrante que se aligera en un continuado y progresivo trabajar de la fantasía... (Pág. 65)

ii) Inclinación a la ensoñación y escisión de la conciencia.

El soñar despierto habitual (“teatro privado”), con lo cual se crea el terreno para la disociación de la personalidad mental. (…)

La existencia de un estado de conciencia segunda, que, habiendo emergido primero como ausencia pasajera, se organizaría más tarde como double conscience(Pág. 65)

El circuito que haría posible la histeria estaría constituido por un momento posterior a la confluencia de las dos anteriores condiciones: acumulación energética/organización de un estado segundo de conciencia, y es; el empoderamiento de esta “condition seconde” energizada sobre la inervación del cuerpo del enfermo.

Sólo cuando la enferma, debilitada en extremo por la inanición, el insomnio y el permanente afecto de angustia, sufrió un total quebranto, encontrándose más tiempo en la “condition seconde” que en estado normal, los fenómenos histéricos desbordaron también sobre este último y, de unos fenómenos que sobrevenían en forma de ataques, se mudaron en síntomas permanentes. (Pág. 66)

Visto este empoderamiento ya no en términos tan generales, sino en los términos de los contenidos de las representaciones presentes en esta “condition seconde” que se priorizan, nos topamos con el carácter perverso o demoniaco que rodea a la histeria.

En Anna O. era particularmente llamativa la gran influencia del “yo díscolo”, como ella misma lo designó, sobre su habitus moral. De no habérselos removido a medida que surgían, se habría vuelto una histérica de lo más turbulenta, terca, desagradable, mala; pero tras el alejamiento de esos estímulos, una y otra vez salía a la luz, y de inmediato, su verdadero carácter, lo contrario de todo aquello. (Pág. 69)

Analogía de la histeria con el sueño.

Durante todo el trayecto de la enfermedad subsistieron uno junto al otro los dos estados de conciencia: el primario, en el cual la paciente era por entero normal psíquicamente y el estado segundo, que bien podemos comparar con el sueño por su riqueza de fantasmas {phantasme} y alucinaciones, por las grandes lagunas que presentaba su recuerdo, y por el hecho de que sus ocurrencias carecían de inhibición y de control. (Pág. 68)

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