martes, 14 de febrero de 2012

UN CASO DE CURACIÓN POR HIPNOSIS ( I )



UN CASO DE CURACIÓN POR HIPNOSIS
Con algunas puntualizaciones sobre la génesis de síntomas histéricos por obra de la “voluntad contraria” (1892-93)

Marco del texto
En la anterior sesión, veíamos cómo Freud al final de su artículo de 1890 “Tratamiento psíquico (Tratamiento del alma)” exploraba las posibilidades de la hipnosis como un recurso para ser tenido en cuenta por la psicoterapia.
Ahora, en el presente artículo, tendremos la oportunidad de presenciar la manera temprana de como Freud aplicaba el método hipnótico dentro de su práctica médica y las consecuencias teóricas que irá deduciendo de ella para la comprensión de los fenómenos histéricos. 

En su deseo de lograr encaminar la investigación psicológica por los parámetros de la ciencia natural, Freud encuentra en esta historia clínica, tres elementos que le inclinan a considerar que posee algún valor para su publicación:

i) El “éxito” que tuvo el tratamiento.

ii) La oportunidad que se le presento de repetir la experiencia en dos ocasiones con la misma paciente para corroborar sus datos.

iii) El modelo de mecanismo psíquico que le fue sugerido por la experiencia (y que coincidía –según él- con otras experiencias más) para explicar la formación de los fenómenos histéricos.

Presentación del caso
Mujer de 20 a 30 años de edad, sin antecedentes nerviosos.

Tras el parto de su primer hijo, experimenta como su deseo y el empeño de su voluntad por amamantarle se ve impedido por el afloramiento de una serie de síntomas incapacitantes: Dolor en los senos, disminución en la producción de leche, perturbaciones alimenticias (inapetencia, repugnancia, vómitos), excitación nerviosa (irritabilidad al acercarle el niño), insomnio.

La serie de síntomas terminan por imponerse en esta ocasión –ocasión en la que Freud no tendría participación alguna- y la mujer se ve obligada a renunciar a su propósito de amamantar a su hijo.

Tres años más tarde, un segundo alumbramiento, hace que la mujer experimente el mismo cuadro de síntomas que de nuevo se interponen a su propósito de amamantar.

Desesperada, acepta la recomendación de sus médicos de recurrir a la técnica hipnótica a manos de Freud.

El tratamiento se reduce a la aplicación de sugestiones directas. Freud aprovecha el estado de sueño hipnótico de la paciente para introducir en ella, representaciones que la convenzan de que nada le impide que amamante a su hijo y que al contrario, posee todo lo necesario para hacerlo.

Me valí de la sugestión para contradecirle todos sus temores y las sensaciones en que estos se apoyaban. “Usted no tiene por qué angustiarse, será una excelente nodriza con quien el niño prosperará magníficamente. Su estomago está totalmente calmo; tiene usted muy buen apetito, desea darse un banquete, etc.”. (Pág. 153)

Las sugestiones surten efecto –no sin mediar una corta recaída que hace necesario volver a hipnotizarla para repetir las sugestiones más enérgicamente- y la mujer puede ver realizado su deseo de dar pecho a su bebe por tanto tiempo como lo considera necesario -8 meses- sin verse perturbada por síntoma alguno.

Un año después, un tercer parto activa de nuevo el mismo cuadro de síntomas y nuevamente su voluntad de amamantar al recién nacido se ve comprometida.

Freud repite el mismo tratamiento de sugestión directa por hipnosis obteniendo igual “éxito” que la vez anterior.

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