miércoles, 29 de febrero de 2012

ALGUNAS CONSIDERACIONES CON MIRAS A UN ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS PARÁLISIS MOTRICES ORGÁNICAS E HISTÉRICAS ( III )

Con la asimilación de la “lesión histérica” a una “alteración representacional” surge a continuación la necesidad de determinar cómo opera tal alteración.

Freud plantea que el síntoma histérico –en este caso la parálisis- puede explicarse como el aislamiento de una ideala de la parte paralizada-, del conjunto total de representaciones que conforman al Yo.

Considerada psicológicamente, la parálisis del brazo consiste en el hecho de que la concepción del brazo no puede entrar en asociación con las otras ideas que constituyen al yo del cual el cuerpo del individuo forma una parte importante. La lesión sería entonces la abolición de la accesibilidad asociativa de la concepción del brazo. (Pág. 208)

Este aislamiento representacional –nos dice él- ocurre por una fuerte vinculación afectiva con que se cargaría a la representación aislada.

Freud nos ofrece una serie de ejemplos de este fenómeno psíquico de alteración/aislamiento representacional por carga afectiva:

La del súbdito que al dar la mano a su rey, rehúsa en adelante el que esta mano suya entre en nuevas relaciones.

La del jefe tribal que al morir, es incinerado con todas sus pertenencias; caballo, armas, sus mujeres, en la misma idea de intentar evitar que estas entren en nuevas relaciones.

Freud resume estas conductas de la siguiente manera:

El valor afectivo que atribuimos a la primera asociación de un objeto repugna hacerlo entrar en asociación nueva con otro objeto y, a consecuencia de ello, vuelve inaccesible a la asociación la idea de ese [primer] objeto. (Pág. 208)

Haciendo una extrapolación al caso que nos compete; Si la concepción del brazo está envuelta en una asociación de gran valor afectivo, será inaccesible al libre juego de las otras asociaciones. El brazo estará paralizado en proporción a la persistencia de este valor afectivo o a su disminución por medios psíquicos apropiados. (Pág. 208)

Queda entonces, una última cuestión por resolver de las planteadas al comienzo de este apartado IV, y es; ¿Cuál podría ser un tratamiento efectivo para los síntomas histéricos?

La solución la encontramos ya esbozada en el pasaje citado anteriormente. El tratamiento de los síntomas histéricos vendría a ser la búsqueda del trámite correcto de las cargas afectivas que produjeron la alteración representacional.

El hecho de que Freud conciba esta alteración representacional –responsable de los síntomas histéricos- como un proceso de aislamiento asociativo/afectivo de una representación del núcleo total de representaciones que conforman al Yo, le lleva también a su vez a concebir la segmentación de la psiquis humana en un estrato para la conciencia y un estrato “subconciente”.1

En todos los casos de parálisis histéricas uno halla que el órgano paralizado o la función abolida están envueltos en una asociación subconciente provista de un gran valor afectivo, y se puede mostrar que el brazo se libera tan pronto ese valor afectivo se borra. Por tanto, la concepción del brazo existe en el sustrato material, pero no es accesible para las asociaciones e impulsiones concientes porque toda su afinidad asociativa, por así decir, está saturada en una asociación subconciente con el recuerdo del suceso, del trauma, productor de esa parálisis. (Págs. 208-209)

Esta referencia a la noción de “trauma” como fundamento de los fenómenos histéricos pertenece en sentido estricto a otro momento de la obra de Freud –téngase en cuenta que la escritura y publicación de este artículo se postergo por varios años- ; la del desarrollo de la teoría de la abreacción de los aumentos de estimulo, expuesta en la comunicación preliminar –escrita junto con Breuer- del libro “Estudios sobre la histeria”, el cual será materia de análisis de nuestras próximas sesiones.

Sin embargo, Freud nos ofrece aquí un pequeño anticipo de ella:

Cada suceso, cada impresión psíquica están provistos de cierto valor afectivo {monto de afecto}, del que el yo se libra por la vía de una reacción motriz o por un trabajo psíquico asociativo. Si el individuo no puede o no quiere tramitar el excedente, el recuerdo de esta impresión adquiere la importancia de un trauma y deviene la causa de síntomas permanentes de histeria. La imposibilidad de la eliminación es notoria cuando la impresión permanece subconciente. (Pág. 209)

1. 1. Un primer modelo de segmentación de la psiquis humana lo pudimos ver esbozado en el anterior artículo estudiado “Un caso de curación hipnótica” bajo la forma de un conflicto entre nuestra “Voluntad consciente” y una suerte de “Voluntad contraria” compuesta de contra-representaciones que se mantenían latentes en una instancia psíquica distinta a la de la conciencia: “el reino de las sombras”.

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