3. CASO LUCY R. (Continuación)
IV. ANÁLISIS: implementación del nuevo método.
1) Exploración de la génesis del olor a “pastelillos
quemados”.
A la admonición para
que recordase la ocasión en que se había generado la sensación olfatoria de los
pastelillos quemados, la paciente responde con un relato en el que se
encontraba enseñando a las niñas bajo su cargo a cocinar unos pastelillos,
cuando de repente, recibe desde Inglaterra una carta de su madre que le genera
al instante unos sentimientos confusos y se distrae hasta tal punto que los
pastelillos se le queman lo que advierte por el olor que despiden.
Primer nivel explicativo: invitada a que profundice en los sentimientos que le
embargaron en ese momento referido, la paciente testimonia la existencia de un
conflicto emocional; entre el afecto que siente por las niñas y el gran pesar
que le produce la idea de tener que abandonarlas para irse a Inglaterra por las
desavenencias recientes que ha tenido con el resto del personal de servicio de
la casa.
Aunque reconoce el
conflicto expuesto, a Freud le parece que este no posee la fuerza suficiente
para derivarse en una histeria, sobretodo porque los sentimientos y
representaciones en juego no justifican la movilización de una represión honda,
factor que considera como principal en una histeria adquirida.
Por el análisis de casos parecidos, yo sabía
ya que si una histeria es de nueva adquisición hay una condición psíquica
indispensable para ello: que una representación sea reprimida {desalojada} deliberadamente de la conciencia, excluida del procesamiento asociativo. En esta represión deliberada
veo también el fundamento para la conversión de la suma de excitación, sea ella
total o parcial. La suma de excitación no destinada a entrar en asociación
psíquica halla, tanto más, la vía falsa hacia una inervación corporal. En
cuanto al fundamento de la represión misma, sólo podía ser una sensación de
displacer, la inconciliabilidad {Unverträglichkeit} de la idea por reprimir con la masa de representaciones dominante en
el yo. Ahora bien, la representación reprimida se venga volviéndose patógena.
(Pág. 133)
Siguiendo esta
hipótesis –descubrir en la base de la histeria adquirida; una represión-, Freud
le sugiere a la paciente la idea de que quizás este ocultando una inclinación
amorosa por su patrón, sentimiento que por lo irrealizable del mismo
–debido a las grandes diferencias sociales entre los dos- no sólo justificaría
una represión sino que contaría con la intensidad requerida para devenir en una
histeria.
Lucy R. reconoce esta
sugerencia al tiempo que atestigua el proceso de represión implicado en ella.
“Pero si usted sabía que amaba al director,
¿por qué no me lo dijo?”. –“Es que yo no lo sabía o, mejor, no quería saberlo;
quería quitármelo de la cabeza, no pensar nunca más en ello, y aun creo que en
los últimos tiempos lo había conseguido”. (Pág. 134)
Es así, como aparece un segundo relato, una segunda serie de recuerdos:
el de cómo surgió su inclinación amorosa y sus esperanzas en la misma, por una
conversación cálida y atenta que le ofreció su patrón en torno al cuidado de
las niñas.
Segundo
nivel explicativo: se establece pues, que la movilización de la
represión descansa en el conflicto emocional de la paciente entre el afecto o
inclinación amorosa que experimenta por su patrón y las dudas que le atenazan y
el temor de ser descubierta –temor a ridiculizarse por sus esperanzas debido a
sus diferencias sociales-.
2)Génesis del olor a
humo de tabaco.
Parecía pues que con la revelación/confesión del conflicto
afectivo de la segunda serie de recuerdos se conquistaba la clave de la
histeria de Lucy R. sin embargo, el síntoma “olor a pastelillos quemados”
pronto fue reemplazado por el síntoma “olor a humo de tabaco”, lo que
significaba que el análisis psíquico aun no había concluido y debía continuar,
esta vez, en torno al ocasionamiento de este segundo síntoma.
Primer relato: la paciente relata
una escena (anterior en el tiempo a las ya referidas) donde su patrón trata
dura y ásperamente a un amigo cercano –mientras fumaban-, por intentar dar
un beso de despedida a las niñas.
Primer nivel
explicativo: el contraste entre la delicadeza de las esperanzas
amorosas de la paciente y la dureza mostrada por el patrón hacia alguien
cercano.
Segundo relato: escena donde por el
intento de una amiga de la familia de besar a las niñas, el patrón descarga duros
reproches contra Lucy –aun amenazándole con despedirla-, por considerar que
falta a sus deberes por no intervenir y evitar esas situaciones.
Segundo nivel
explicativo: es esta escena –anterior en el tiempo a todas las
demás referidas y sólo posterior por muy poco a la escena de la cálida
conversación con su patrón en la que se despertaron sus esperanzas amorosas- en
la que el duro trato de su patrón convence a Lucy de lo irrealizable de su
inclinación amorosa y la determina a reprimirla, para luego en las escenas
siguientes donde se repetía la misma idea (lo irrealizable), tomar los olores
objetivos “Pastelillos quemados/Humo de tabaco” como símbolos histéricos.
Los síntomas generados después recubrían a
los primeros, y sólo lo último hasta lo cual el análisis avanzaba contenía la
clave de todo. (Pág. 140)
Fin del tratamiento: el tratamiento que se
había prolongado por 9 semanas –con citas muy esporádicas- es declarado por
Freud como exitoso.
“Al despertarme ayer por las mañana, la
opresión se me había quitado y desde entonces estoy bien”. (Pág. 137)
V. MECANISMO PSICOLÓGICO.
La histeria de Lucy
R. que es considerada como histeria adquirida es explicada como producto de un
proceso de represión, el cual sugiere una nueva estructuración de lo psíquico.
El momento genuinamente traumático es aquel
en el cual la contradicción se impone al yo y este resuelve expulsar la
representación contradictoria. Tal expulsión no la aniquila, sino que meramente
la esfuerza a lo inconciente; y si este proceso sobreviene por primera vez,
establece un centro nuclear y de cristalización para que se forme un grupo
psíquico divorciado del yo, en torno del cual en lo sucesivo se reunirá todo lo
que tenga por premisa aceptar la representación impugnada. La escisión de la
conciencia en estos casos de histeria adquirida es entonces intencional,
deliberada, y, al menos con frecuencia, introducida por un acto voluntario. En
verdad, lo que sucede es diverso de lo que el individuo se proponía; pretendía
cancelar una representación como si nunca hubiera aparecido, pero sólo consigue
aislarla psíquicamente. (Pág. 139)
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