4. CASO KATHARINA.
I. EXPOSICIÓN DEL CASO.
Método usado: Conversación informal.
Tiempo: una tarde.
Sintomatología: sensación de ahogo –“Me falta el aire; no siempre, pero muchas
veces me agarra que creo que me ahogaré”-.
Opresión en los ojos,
pesadez en la cabeza – “martilla y martilla”-.
Mareo –“tanto que creo que
me voy a caer”-.
Angustia –“Siempre creo que
me voy a morir”; “Siempre creo que alguien está detrás y me agarrará de
repente”-. (Págs. 141, 142)
Dos preguntas esenciales para el análisis:
i)
Indagar
siempre sobre las ideas o imágenes que acompañan a los ataques o síntomas.
“¿Piensa usted siempre lo mismo, o ve algo frente a sí cuando tiene el
ataque?”.
“Sí, siempre veo un rostro horripilante; me mira tan espantosamente; yo
le tengo miedo”.
ii)
Indagar
siempre sobre la ocasión en que se produjo el primer ataque o síntoma.
“¿Sabe usted de donde provienen sus ataque?”.
“¿Cuándo los tuvo por primera vez?”.
(Pág. 142)
Hipótesis de trabajo: relación entre la angustia en jóvenes y las revelaciones sexuales.
Ya en el caso numero
2 de estos historiales clínicos, Freud señalaba superficialmente la existencia
de un vínculo entre la angustia como síntoma neurótico y la sexualidad cuando
suponía que la escisión de la conciencia
que determino la histeria de Emmy se operaba por la represión (abstinencia)
que ejercía sobre su vida sexual.
Aquí, afirma que los sujetos virginales se
encuentran especialmente vulnerables a desarrollar un estado de angustia si la
revelación de lo sexual se les daba de improviso, violentamente, o en una
palabra; sin una preparación adecuada.
Harto a menudo había discernido la angustia
en muchachas jóvenes como una consecuencia del horror que invade a un ánimo
virginal cuando el mundo de la sexualidad se le abre por primera vez. (Págs.
142, 143)
Es pues, esta
hipótesis la que utiliza Freud para agilizar en el análisis de Katharina.
II. ANÁLISIS.
Primera serie de recuerdos:
Cuando se le pide a
Katharina referir las circunstancias que rodearon la aparición de su primer
ataque de angustia –con la insinuación por parte de Freud de que lo que
buscaban es algo que le había resultado muy embarazoso-; ella relata como más o
menos dos años atrás había descubierto a su tío –en una nota a pie de página de
ediciones posteriores se revela que realmente era su padre- acostado sobre la
empleada de la posada que la familia regentaba.
“Al punto me he apartado de la ventana, me
he apoyado en la pared y me entró la falta de aire que desde entonces tengo; se
me nubló el entendimiento, sentí un peso sobre los ojos y en la cabeza me
martillaban y todo bullía”. (Pág. 144)
Segunda serie de recuerdos:
Cuando se le indago
por lo que pensó o sintió en aquel momento, Katharina se retrotrae a recuerdos mucho más antiguos donde lo que
vio aquella tarde, ella misma lo había sufrido con su tío (padre) que en
diferentes oportunidades se le insinuó sexualmente sin ella comprenderlo del
todo en aquella época.
Cómo cierta vez hace con él una excursión al
valle, y allí pernocta en la posada. El se quedó bebiendo y jugando a las
cartas en el salón, a ella le vino sueño y se fue temprano a la habitación que
les habían asignado a ambos. No dormía muy profundamente cuando él subió;
después se volvió a dormir, y de repente se despertó y “sintió su cuerpo” en la
cama. Se levantó de un salto y le hizo reproches: “¿Qué haces tío? ¿Por qué no
te quedas en tu cama?”. El intentó engatusarla: “Anda, muchacha tonta, quédate
quieta; tú no sabes qué bueno es eso”. –“No me gusta lo bueno de usted, ni
siquiera dormir la dejan a una”. Permaneció de pie junto a la puerta, lista
para escapar al pasillo, hasta que él desistió y se durmió a su vez. Entonces
ella se metió en la cama y durmió hasta la mañana. (Pág. 145)
III. MECANISMO PSÍQUICO.
Freud aduce que la
primera serie de recuerdo relatada (la escena de copulación) activo el
significado oculto de las series de recuerdos más antiguas y con este
significado revelado se origina una reacción histérica.
Llevaba dentro de sí dos series de vivencias
que ella recordaba, pero no entendía ni valorizaba en conclusión ninguna; a la
vista de la pareja copulando se estableció al instante la conexión de la
impresión nueva con esa dos series de reminiscencias; empezó a comprender y, al
mismo tiempo, a defenderse. (Pág. 146)
Aunque en un comienzo
se establece a la ignorancia de la joven como la responsable del aislamiento de
sus recuerdos;
La causa del aislamiento no es, como en el
caso 3, la voluntad del yo, sino la ignorancia del yo, que aún no sabe qué
hacer con unas experiencias sexuales.
Freud, sin embargo,
deja abierta la posibilidad de que esas experiencias tempranas sólo sean
“pre-sexuales en apariencia –es decir,
que no hay tal ignorancia o cesamiento de lo sexual por parte del infante- y que el mecanismo activo en la histeria
virginal de nuevo sea el de la defensa.
En este lugar manifestaría la duda de que la
escisión de la conciencia por ignorancia se pueda diferenciar realmente de la
producida por desautorización conciente, y de que los adolescentes no posean un
conocimiento sexual con frecuencia mucho mayor del que se sospecharía en ellos
y del que ellos mismos se atribuyen. (Pág. 149)
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